En Europa más del 30% de los niños sufren miopía y el 50% lo hará en los próximos 30 años, ¿cómo detectar esta progresión en nuestros hijos y cómo tratarlo?

La miopía es un trastorno ocular que genera visión borrosa de los objetos lejanos. Además de la genética, uno de los factores clave en el desarrollo de esta patología es la epigenética, el entorno y hábitos en los que evoluciona el niño.

Factores de riesgo

Desde la llegada del teléfono inteligente, en 2007, los problemas de visión han ido en aumento. El dispositivo en sí no emite radiación dañina, pero requiere que el usuario lea texto pequeño a 20 cm cuando la distancia saludable para la visión se sitúa al menos mas allá que 33 cm. Esta distancia cercana está asociada con un riesgo 8 veces mayor de desarrollar miopía, especialmente si ambos padres la padecen.

Los factores de riesgo principales desde el punto de vista de la progresión de la miopía en los niñ@s son:

• insuficiencia de tiempo en el exterior realizando actividades físicas,
• exceso de tiempo en el interior, en condiciones de baja luz ambiente,
• demasiado tiempo dedicado a la visión cercana (sobre todo con móviles y texto pequeño)
• todos los anteriores exagerados por el nuevo estilo de vida sedentaria asociado a la digitalización.

¿Cómo detectar que mi hijo tiene miopía?

Los niños, por lo general, no suelen diferenciar cuando ven mal, incluso algunos pueden llegar a padecer miopía antes de su desarrollo verbal. De no detectar a tiempo la miopía en tus hijos, podrían desarrollarla con consecuencias graves e incluso presentar bajo rendimiento en edad escolar.

La Unidad Infantil de Oftalmología de la Clínica Oftalmológica Novovisión recomienda a los padres que se realice el primer chequeo visual a los niños a los 3 años de edad. Sin embargo, si detectas que tu hijo sufre los siguientes síntomas, no dudes en consultar a tu médico de confianza:

• Enrojecimiento de los ojos.
• Parpadeo excesivo.
• Picor, escozor o lagrimeo.
• Malas posturas del cuerpo o la cabeza cuando mira de frente.
• Dolores de cabeza durante o después de realizar actividades en distancias cercanas.
• Fruncir el ceño o taparse un ojo cuando lee o escribe.
• Mejor memoria auditiva que visual.
• Falta de concentración.
• Acercarse mucho a la televisión o al papel.
• No coordinar bien los movimientos o calcule mal las distancias.

¿Cómo tratarlo? Niños más activos y menos tabletas

El objetivo del tratamiento de la miopía es reducir la tasa de progresión de la dioptría, pero también retrasar el alargamiento del ojo. Y como obviamente no se puede jugar con la genética, es imprescindible cuidar los hábitos de los niños.

Los especialistas recomiendan evitar por completo el uso de cualquier dispositivo electrónico antes de los dos años. Posteriormente, hasta cinco años, se recomienda establecer un máximo de una hora por día. Cuando se utilicen estos dispositivos, es recomendable hacerlo en páginas o aplicaciones educativas para fomentar la interacción entre los padres y el niño.

Pasar tiempo al aire libre es fundamental para una visión saludable y un buen desarrollo de los niños, que deberían realizar actividades deportivas al aire libre, mínimo, 45 minutos por día.

Tecnología para evitar la miopía

En la tecnología podemos encontrar un amigo o un enemigo. En este caso, te recomendamos que tomes nota de un aliado que está a punto de salir al mercado para prevenir la miopía en tus hijos. Se trata de la nueva aplicación myopia.app.

Esta aplicación, controla factores como la distancia, iluminación y tiempo que se pasa en el dispositivo donde la instales. Además, si tus hijos se acercan demasiado al móvil, les saldrá una pantalla en negro y un aviso que les indicará que retrocedan el móvil. Esta aplicación recopilará datos que te pueden hacer saber como padre qué uso están haciendo tus hijos de los dispositivos para poder crear hábitos saludables en ellos.

La miopía ya se está definiendo como la nueva pandemia del siglo XXI y se estima que para 2050 la mitad de la población sea miope. Esta situación se puede evitar si tomamos medidas adecuadas, en concreto, con los más pequeños donde la miopía ha aumentado exponencialmente en los últimos 10 años.