La miopía afecta actualmente a casi un tercio de la población mundial y la mitad de estas personas podrían haberla prevenido, según indica la OMS. La cifra sigue en continuo crecimiento y se estima que para 2050 casi el 50% de la población será miope. Los expertos consideran que estaríamos enfrentando a la pandemia del siglo XXI.
Miopía por regiones
En Estados Unidos esta enfermedad se ha duplicado durante el último siglo, y, actualmente, afecta al 40% de los jóvenes estadounidenses. Sin embargo, las cifras más alarmantes se presentan en países asiáticos como Singapur, China y Corea, donde esta patología ocular ha afectado a un 90% de los jóvenes, siete veces más que hace setenta años.
En Europa, una cuarta parte de la población europea es miope. Los jóvenes entre 25 y 29 años son los más afectados y quienes encabezan estas estadísticas, según un estudio realizado por King’s College of London publicado en la revista Ophthalmology.
Aunque la Unión Europea no está dentro de la lista de los países más afectados por la miopía, existe una tendencia a repetir el patrón asiático. En España cada uno de tres niños entre 5 y 7 años tiene miopía y por lo tanto no puede ver bien de lejos (la pizarra, la tele, el paisaje). Algunos estudios en adolescentes y universitarios estiman que cada 6 de 10 jóvenes tiene problemas visuales relacionados con la miopía.
La clave: la salud digital
Los expertos señalan que el riesgo de padecer miopía se duplica si uno de los padres lo es, y en ocho, si ambos lo son. Pero además de la genética, hay otros factores que pueden desarrollar miopía. Uno de ellos es la falta de luz natural, fuente de muchos problemas oculares, incluida la miopía. Privar a nuestro ojo con demasiada frecuencia de la luz natural para darle luz blanca cansa la retina, especialmente en los más pequeños.
En España, 7 de cada 10 jóvenes está menos de una hora al día realizando actividades con luz natural, mientras que la mitad utiliza su móvil o tableta entre 4 y 8 horas al día.
Especialistas recomiendan pasar menos tiempo frente a los aparatos electrónicos con la finalidad de reducir el riesgo de, lo que parece ser, una amenaza de salud a nivel mundial.
Tecnología para reducir y evitar la miopía
Existen varias soluciones para intentar reducir el crecimiento del ojo y controlar la progresión de la miopía, como por ejemplo gotas oculares de atropina, o ortoqueratología. Existe también la posibilidad de tratamientos más avanzados con cirugía refractiva o el implante de lentes intraoculares, aunque son medidas invasivas que pretenden corregir la parte refractiva del problema, ya que el alargamiento del ojo causado por su crecimiento no es reversible.